


Es como los primeros días se ingresó al sitio con cierto miedo pero al final, después de relacionarnos más cercanamente entre nosotros y con la comunidad, parecíamos un gran grupo de amigos, caminando hacia un mismo objetivo y cooperando para que este se cumpliera de la mejor manera. Hasta un día nos dieron arepas y aguadulce (¡qué rico!).
No fue solo construir un proyecto y las vivencias que en la carrera pueden servir como tales, sino tambièn algo muy social, de personas, de volver a la arquitectura pensada en y para la gente, ver sus necesidades y deseos e intentar sintetizarlos mediante algo que como en este caso esté a nuestro alcance y el de ellos.
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